Para hoy, otra sección con el artista más internacional de nuestra tierra y mañana otra.
A las nueve de la noche, ya estaba el Auditorio Maestro Padilla engalanado y repleto para darle la bienvenida a David Bisbal, con su gira de acústicos que arrancó ayer. Se apagaron las luces, sonó la guitarra flamenca de Juan Sánchez, salió al escenario el cantante y sus seguidores se pusieron en pie lo recibieron con un profundo aplauso. Bisbal no podía contener su emoción y la mejor manera que encontró para devolverle esa entrega a sus fans fue iniciar su concierto con la canción de todos los almerienses, Almería.
Esa fue la primera de un recital que durante dos horas ofreció la cara más romántica y seductora del artista almeriense, quien mantuvo la complicidad constante con su público. "Es un sueño estar con todos vosotros", dijo Bisbal, quien no paraba de escuchar piropos.
Un concierto íntimo, en el que se sintió arropado y en el que deleitó a todos con su trayectoria musical, sus mejores canciones, sus baladas más cálidas y profundas, y con versiones de clásicos de Cortez, Manzanero o Serrat. No hubo voltereta, patada al aire o espectáculo de luces y mucho ruido. Sólo Bisbal con su público, con su voz. Dejó buen sabor de boca y hoy... está dispuesto a repetir.
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