La boda del príncipe Guillermo de Inglaterra y Catalina, el 29 de abril de 2011, fue un acontecimiento mediático de tal magnitud que ha quedado grabado en las memorias de millones de telespectadores. Un año después, salvo por la ausencia de bebé, el balance de la pareja parece inmaculado.
Amor: Aunque no son muy propensos a mostrar gestos cariñosos en público, en su primer discurso oficial en marzo Catalina confesó que echaba de menos a Guillermo. Unas palabras que saltaron de inmediato a los titulares, mientras el número dos en la línea de sucesión al trono británico se encontraba en una polémica misión en las islas Malvinas en el marco de su trabajo como piloto de helicóptero. Las escasas fotografías de los paparazzi sobre el día a día de la pareja en su casa del norte de Gales muestran una convivencia armónica, como las imágenes de un romántico paseo por la playa acompañados de su perro Lupo.
Viajes: La pareja se fue de luna de miel en mayo a las Seychelles, donde los fotógrafos respetaron su deseo de privacidad. Las primeras imágenes llegaron tras su primer viaje oficial, a Canadá, en junio y julio. La pareja aprovechó incluso para hacer una parada en Hollywood. Este año, con motivo de las seis décadas en el trono de Isabel II, tienen previsto viajar entre otros a Malaisia y Singapur.
Actos oficiales: Cada vez que Guillermo y Catalina aparecen en un acto público, se convierten en un imán para las cámaras. Tras casarse, se reunieron con el presidente estadounidense, Barack Obama, y su esposa Michelle, o acudieron juntos a un estreno de cine. Desde comienzos de año, Catalina ha asumido poco a poco compromisos en solitario, como la visita a organizaciones humanitarias.
Estilo: Cada nuevo modelo que luce Catalina se convierte al instante en éxito de ventas. Un ejemplo es la marca británica Reiss, muy apreciada por la duquesa, que gracias al "efecto Kate" logró salir en 2011 de los números rojos y aumentar sus ventas en 10 millones de libras.
Descendencia: El tema no deja de rondar en los medios de comunicación. Cuando en un envento Catalina rechazó probar mantequilla de cacahuete, pronto saltaron los rumores sobre su supuesto embarazo, igual que si apoya su mano sobre el vientre.
Fuentes próximas a la pareja señalan que éstos prefieren dejar pasar un tiempo para disfrutar de su vida de jóvenes casados. Además, tampoco quieren robarle protagonismo al 60 aniversario en el trono de la abuela de Guillermo.
Familiares: Es difícil encontrar un titular negativo sobre Catalina, pero no sucede lo mismo con su hermana, Pippa. Primero, la joven de 28 años llamó la atención con un llamativo vestido que robó parte del protagonismo a su hermana. Después, se la tachó de avariciosa cuando anunció su intención de escribir un libro sobre organización de fiestas. Recientemente, fue fotografiada en París en un coche con amigos, y uno de ellos sacó una supuesta pistola a los reporteros. Por su parte, Catalina se ha ganado el afecto y apoyo de sus suegros, el príncipe Carlos y Camila, y de la reina.